Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2011

7ª Carta de Amor

Francisco José a Sissí 1836 Mi ángel adorado, me siento lleno de melancolía, mi corazón dolorido tiene nostalgia de ti. Mientras bajaba ayer en el coche de paseo deSan Juan me volví con tristeza, lleno de añoranzas. Me pareció ver tu sombrilla blanca en el balcón, y los ojos se me llenaron de lágrimas. Gracias una vez más, de todo corazón, por tu bondad y tu amor en estos días. FRANCISCO JOSÉ Sissí a Francisco Jo sé Sin fecha Te ruego que no hagas ningún cambio en tus planes. Las cacerías son para ti un descanso tan necesario que no me perdonaría si mi regreso te hiciera renunciar aunque solo fuera a una. Ya sé cuánto me quieres, no necesito demostraciones de ello. Y si somos felices, es precisamente porque no sabemos molestarnos el un al otro... ELISABETH

6ª Carta de Amor

Alfonso XII a Elena Sanz  (1877 Aprox.) Idolatrada Elena: Mucho gusto he tenido en verte todos estos días en las funciones, y siempre que puedo te miro y se me van los ojos tras de ti y tras ellos. Mi corazón y mis sentidos. Ayer te vi en tu ventana. Mil besos de tu adorable, A.    

5ª CARTA DE AMOR

Ludwig Van Beethoven a una desconocida Sin fecha, 6 de julio de mañana ¡Mi ángel, mi todo, mi yo! Sólo pocas palabras y con lápiz (con el tuyo). Sólo mañana sabré mi domicilio con certeza: ¡cuánto indigno desperdicio de tiempo en estas cosas! ¿Por qué esta profunda tristeza donde habla la necesidad? ¿Puede subsistir nuestro amor por otro medio que el sacrificio y la renuncia a todo? ¿Puedes cambiar tú esta situación en que no soy todo tuyo ni tú toda mía? ¡Ay, Dios, mira hacia la bella naturaleza y tranquiliza tu alma en cuanto a lo irremediable! - El amor lo exige todo y con razón; así lo siento frente a ti y tú frente a mí-. Sólo que olvidas fácilmente que yo debo vivir  tanto para mí como para tí. Si estuviéramos unidos por completo, este dolor no nos afligiría ni a ti ni a mí. Mi viaje fue terrible. Llegué solo ayer a las cuatro de la madrugada. Porque escasearon los caballos, la diligencia escogió otra ruta, pero ¡qué espantoso camino! En la penúltima etapa me previnieron cont

4ª CARTA DE AMOR

Imagen
Dionisio Diderot a la señorita Volland Escribo sin ver. He venido; quería besaros la mano y marcharme. Me volveré sin recompensa; pero ¿no quedaré bastante recompensado si os he demostrado cuanto os amo? Son las nueve; os escribo que os amo. A lo menos os lo quiero escribir; pero no sé si la pluma obedece a mi deseo. ¿No vendréis quizá para que yo os lo diga y me vaya corriendo? Adiós, mi Sofía, buenas noches; ¿vuestro corazón no os dice que estoy aquí? He aquí la primera vez que escribo en tinieblas: esta situación debería inspirarme cosas rebosantes de amor. No siento sino una: que no puedo salir de aquí. La esperanza de veros un momento no me deja partir, y continúo hablándoos sin saber si mi pluma traza caracteres. En todos los puntos donde no haya nada escrito, leed que os amo. *********** Espero que os haya gustado.     

3ª Carta de Amor

Ninon de Lenclos al marqués de Sévigne sin fecha Se acabó, marqués; ya no me veréis dudar más ni pasar cuidado por vuestros sentimientos; ayer me convencí de que me amabais y de que me amáis como yo quiero ser amada; en fin, me habéis dado entre todas las pruebas la que dejará en mí más fuerte impresión. Entráis mientras yo estoy escribiendo; trato  de ocultaros las pocas palabras que había trazado; aquel misterio excita vuestra curiosidad: el querer aclararlo era una consecuencia de vuestras ideas. Yo resisto, vos insistís; persisto en mis negativas, la cólera os arrebata; me hacéis mil cargos; las injurias los siguen muy de cerca; de rabia, rompéis mi tintero; el papel me es arrancado de las manos; y, sin querer leerlo, lo hacéis pedazos... Yo hubiera podido calmaros  con una sola palabra: os estaba escribiendo a vos. Pero vuestra cólera tenía demasiados hechizos a mis ojos para querer calmárosla. Os veo todavía hundido en un sillón, abatido por las reflexiones más crueles. Os leva

2ª CARTA DE AMOR

Hola otra vez; Aquí os dejo otra carta de amor... Dejaos llevar... Enrique IV de Francia a la duquesa de Beaufort Mis bellos amores, dos horas después de partir este correo, veréis a un caballero que os ama mucho, y a quién llaman rey de Francia y de Navarra, título honroso ciertamente, pero harto pesado; el de súbdito vuestro es mucho más delicioso. Los tres títulos son buenos, sea cualquiera la salsa con que se los aderece, y no pienso cedérselos a nadie. He visto en vuestra carta la prisa que tenéis por ir a Saint-Germain. Me agrada mucho que queráis a mi hermana; es esta una de las pruebas más seguras que podéis ofrecerme de vuestro afecto, que yo aprecio más que mi vida, y eso que a mi vida la quiero mucho. Buenos días, mi todo; beso vuestros hermosos ojos un millón de veces. Hoy, 14 de septiembre, en nuestros deleitosos desiertos de Fontainebleau.

Cartas de amor de hombres célebres

Queridos seguidores: Esta es una nueva sección del blog, que como su título indica he decidido catalogar como "CARTAS DE AMOR" . Se me ha ocurrido esta nueva idea porque hoy me he acercado a la biblioteca y cogí un libro que me llamó la atención: 99 cartas de amor de autor anónimo. Son cartas de hombres de la historia. Espero que os guste y os distraiga. Aquí va la 1ª carta... Enrique IV de Francia a Gabriela d'Estrées 20 de abril de 1593   Mis bellos amores: Mañana es el día en que besaré esas hermosas manos  millones de veces; siento ya el alivio de mis penas por la proximidad de esa dicha, que para mí es tan preciada como mi propia vida; pero si me la retardáis un sólo día, moriré. Enviadme hoy a Lavarenne, instruido de vuestros mandatos. He recubierto un corazón de diamantes que os hará morir de ganas de poseerlo. Si los ángeles llevaran joyas, os sentaría extremadamente bien. Jamás ausencia alguna me ha atormentado como esta. Pasar el mes de