OPORTUNIDAD
Vi caer su cadáver, vi cómo se interponía, entre mi cuerpo y el suyo, acabando así con su vida. Caía despacio, como si se desmayara, sus ojos ya no veían mis lágrimas amargadas. Lágrimas silenciosas, que no me dejaban ver, su cuerpo, su cabeza, su forma de perecer. Descubrí que me amaba, como nadie lo hizo jamás. Pues sólo con amor, se es capaz de salvar. Salvar una vida, una vida infernal, que ha sufrido, que ha llorado, y se ha intentado suicidar. En aquel instante volví a nacer, era como si su alma se hubiera apoderado de mi ser. En ese instante, aprendí que la vida es un regalo, el cual Dios nos concede para amar eternamente.